La semana pasada debe ser una de las más negras de nuestra historia a nivel nacional.

El martes 12 de septiembre dos de nuestros colegas de San Antonio fallecieron mientras trasladaban a un niño de 8 años y su madre por la Ruta F-90. Cuatro días después, el luto golpeó nuestra puerta.

Ricardo González, conductor de una de nuestras bases ubicadas en el Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP), murió el sábado 16 de un violento cáncer detectado semanas antes.

Cuando supimos de su estado de salud, antes que se confirmara su diagnóstico, muchos fuimos a verlos a él y su pareja, Lucía. Él siempre nos recibió con un sonrisa y ella con una fortaleza admirable ante una situación tan delicada.

El “Pelao” González, a sus 41 años, llevaba casi dos años y siete meses con nosotros.

Su último procedimiento

Luego de un velatorio realizado el sábado 17, a Ricardo se le hizo una ceremonia llena de simbolismos frente a su base SAMU el lunes 18 a las 10:30.

Al lugar concurrieron cerca de 200 personas, incluyendo colegas, amigos, su padre, pareja y sus dos hijas adolescentes.

En el patio de ambulancias del HUAP se encontraban algunas de nuestras ambulancias decoradas con cinta negra por el luto, todas apuntando hacia el centro, donde habían sillas y un podio.

Tras algunas palabras recordando a todos los funcionarios fallecidos desde la creación del SAMU en 1996, Lucía, la pareja de Ricardo recibió de parte de nuestras autoridades una foto de nuestro conductor con su uniforme, su chaqueta SAMU Metropolitano y una placa conmemorativa.

Finalmente, se realizaron despedidas por medio de nuestras radios desde cada una de las bases y se le dio un QTC simbólico.

“Pelao”, siempre estarás con nosotros. Siempre QAP.